jueves, 28 de octubre de 2010

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Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives: Vidas Pasadas, Cine Pasado y en Pasado, Vida Futura y Cine…

[Una trucha cotorra me está echando un polvo en un riachuelo tailandés con cascada puti-fashion]
Enseguida paro(de parir) la entrada. 
¡Trucha! ¡Deja de menearme y menearte!

[Casi hora y media después]


Resulta extraño contemplar que cada vez el esnobismo y las lentes ‘gruesificadas’ son impuestos por el mismo sistema de distribución. Antes, un certificado y galardón insigne bastaba para que las puertas a los circuitos de distribución se apartaran ante el milagro cinematográfico. Si poco importa que sea el éxito español del año o la película que seguro está nominada a los premios de la academia para que se estrene en ciertas capitales de provincia… ¿¡cómo va a importar si es una mismísima Palma de Oro!? Hay directores, cineastas y, en definitiva, artistas que esculpen arte epatado y empacado cuyo nombre es tabú a la distribución. Ni siquiera la boutade sirve como excusa.


No es de extrañar que cuando se estrena en una sala comercial películas como “El sabor de la sandia” automáticamente salten las alarmas en los espectadores habituados a propuestas menos ‘intransigentes’, personales, arrebatadas y minoritarias. No hay lugar para los extraños en los cánones de un molde que se ha amoldado a los cerebros y retinas de una gran mayoría de espectadores. Los multi-macro-cines con más de quince salas ni se dignan a dejar un espacio reducido con una sala en versión original. No interesa. Esto es un negocio.

Arte 1.0
Me sorprendió que una película como “Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives”, la reciente Palma de Oro del Festival de Cannes, fuese estrenada en la capital madrileña en un museo de arte contemporáneo pese a sonar el tres de diciembre como fecha prevista de estreno en salas. ¿Es realmente el destino de esas propuestas insondables y minoritarias? El Museo Nacional Reina Sofía, en su secciónAudiovisuales’ estrenaba cuatro películas exhibidas en festivales internacionales. 4x2, Cuatro estrenos: dos proyecciones nos traía la última película de Apichatpong Weerasethakul en dos pases. Entrada libre y aforo limitado a unas 170 personas. No sé, pero en mi pueblo hasta las viejas se mataban por bolsas de agua que daban gratuitamente si había un corte en el suministro… aunque fuera de diez minutos. ¿Habría muchas viejas gafapastas que se acercarán a ver una película ‘de estreno’ gratuitamente?
Lo mejor era meditarlo tomando un chocolate caliente con bizcochos-classical-sabor-anís en el local más ‘fashion-y-guay’ cercano al museo: un bar de toda la vida lleno de ancianos y ancianas que incluía un acceso a la estación privada de autobuses. ¿No es acaso moderno ver a gente desfilar por cristaleras mientras uno observa en un plasma España Directo, con noticias surreales y reales y una conversación senil en Dolby Surround?

Acto gafapasta total

Flashback; mi otra sorpresa previa fue contemplar la mayor obra de arte contemporáneo de la tarde: un abandonado paquete de pañuelos extrasuaves blancos del Día en uno de los accesos al centro de arte. No hubo mucho tiempo de ceder a los encantos artísticos del anónimo autor porque tocaba ir con cierta previsión de tiempo. 
Falsa alarma. Éramos tres y no había cobertura. Tocaba vuelta y paseo por el patio. Al volver, el guardia de seguridad no paró de repetir que habitualmente, en esa cola pegada a la blanca pared de un pasillo que rodeaba al insigne patio, no había más de quince personas. Cuando se superó ese número repitió que no había mucha gente… que nunca se había llenado. A uno le entraron ganas de liquidar su salario mensual en SMS con una mensaje-viral-masivo-y-gafapasta, en plan ‘pásalo-por-Dreyer’, para cerrar el pico del bocazas. Es universalmente conocido que los ‘seguratas’ en lugares públicos que no se encuentren al aire libre suelen fomentar el ejercicio de su lengua con cualquier mamífero erguido que responda a su aluvión de plegarias. Este ser no era menos y encima quería ir de ‘colega’. Mientras tanto, mucha gente desfilaba por ahí repitiendo los mismos gestos que el anterior. Búsqueda del recinto, llegada a la esquina y pregunta al ‘asesor de seguridad’, que contestaba lo mismo:
«… no empieza hasta las ocho; esta es la cola. Ponte detrás y espera a menos diez a que abramos. No viene nunca mucha gente…»
Arte 2.0
Yo hice mi apuesta personal para detectar el grado de gafapatismo y seleccionar a posibles espectadores. Casting de pasta gruesa. Se diferenciaba entre el guiri-vengo-a-un-museo del cinéfilo-gafapasta de toda la vida. Saltaba a la vista… aunque un pequeño LCD que anunciaba ‘eventos’ había confundido el título “Content”, de Chris Petit, con el cineasta tailandés. ¿Hibrido y simbiosis futura de lo que íbamos a disfrutar? Tal vez también anunciase ciertas deficiencias en el sonido que íbamos a sufrir puntualmente. 
A las ocho menos diez, cuando nos dejaron acceder, había más de cien personas en la ‘minoritaria cola’. Escribo todo esto por si alguna vez se cruzan allí con él y su boca-chancla empieza a soltar falsos testimonios le callen con aquello de que un bastardo estuvo ahí el día en el que la sala casi se llena.

19:15
Cuando estábamos sentados una argentina de nuestra fila inmediatamente superior dejó reservado un asiento extra a su izquierda. Yo, ante el numeroso y temeroso número de parejas manoseándose y cruzando sus pastas negras, gruesas y brillantes, pensé en cómo sería su ‘pareja’. La ‘reservadora’ era argentina y no sé por qué siempre pienso ‘Disfraz de tigre’ de Hidrogenesse cuando les escucho hablar. La sorpresa fue monumental (4x2 veces superior a la del paquete de pañuelos de papel del Día) al ver que la ‘reservada’ era una embarazada con una panza a punto de reventar. ¿Y si pariese allí, durante de la proyección? ¿Cómo podría explicar a su vástago dentro de quince o veinte años que fue parido en la película de un director de nombre impronunciable? Y es que, ¿quién puede de seguido pronunciar Apichatpong Weerasethakul? ‘Sí, hijo mío, te parimos en la película del director del Ctrl+V’? Porque gracias al director de partos tailandeses muchas personas han aprendido aquello del Ctrl+C y Ctrl+V como mero instinto de supervivencia. ¿Sobreviviríamos los más de cien asistentes a la proyección?

Expectación y Espectadores
En “Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives” hay conexiones continuadas con el pasado. Y es que la amalgama que nos propone Apichatpong Weerasethakul no es meramente narrativa sino un reflejo cinematográfico. Los enlaces son visibles desde el tratado de la ficción de “Mysterious Object at Noon” y la inclusión de una de sus actrices, las tendencias documentales de “Blissfully Yours”, el repliegue sobre lo onírico, la ensoñación, la realidad y la ficción de “Tropical Malady” o “Syndromes and a Century” e incluso el surrealismo, humor absurdo y tratamiento del melodrama de The Adventure of Iron Pussy” sin que exista un mero resquicio en el conjunto. Pero los méritos de la magnífica propuesta de la Palma de Oro de 2010 no son meras referencia y lugares transitorios y comunes sino de valerse de vidas e instantes pasados para iniciar un nuevo punto de partida.

Es cierto que una secuencia como la del monje budista mirando un móvil puede recordar a fragmentos e intenciones de “Syndromes and a Century” e incluso remitirnos a imágenes de “Shijie” de Jia Zhangke. Hay muchas más vidas pasadas. Pero los caminos que ha elegido esta vez el director tailandés son proponer elementos que sugieran ciertas respuestas tanto al espectador como a su protagonista. No es una novedad pero la narración de un cuento dentro de otro cuento, dentro de otra vida y de un camino, en constante evolución y fusión, son esbozos que se convierten en estrellas en el negror de la noche. Referencias perceptibles que unidas por líneas invisibles nos sirven de guías presentes, pasadas y venideras. 

Propuesta insólita y bizarra (por valentía bizarre) en la que existen números espejismos y reflejos, como la intención de rodarla espaciada, pero no distanciada, en seis diferentes partes con estilo y cadencia propias. El conjunto, finalmente, resulta armónico y consecuente. No hay realidades ni invenciones, simplemente hay películas dentro de otras películas proyectadas en una pantalla y, al mismo tiempo, nos sugiere nuevas referencias en ‘nuestras vidas pasadas’. Cada uno antepone el mismo evento a sus experiencias vividas que es lo que nos hace completamente diferentes ante la misma percepción. Ese desdoblamiento de la realidad se desliga de la misma película.

“Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives” es cine de futuro, contemporáneo, salvaje, cautivador, radical y provocador en su justa medida y, sobre todo, hundido hasta sus cimientos en un territorio furtivo sin explorar. Es pura tierra indómita y completamente feroz. Forma parte de nuevos caminos cinematográficos que sugieren a un director que ha llegado del futuro para proyectarnos su recorrido venidero. 

Sensación frente a Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives

9 comentarios:

  1. ¿Te la has currado eh? yo lo hubiera resumido en: veo monos con ojos rojos y no me he tomado nada, jajaja.

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  2. Espera, espera.... que cuando la trucha me deje doy al botón correcto y la cosa se extiende.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  4. estrañar con s...Para matarmeeeeeeeeee, es consecuencia de las vidas pasadas...

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  5. Te borro el comentario para que tu vida pasada descanse en paz

    Maribel dijo...
    Ya decía yo. Lo acabo de ver. Ahora me lo leo...me extrañaba que después de está "experiencia" tan zen no te hubieras expandido...
    29 de octubre de 2010 08:41

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  6. La crítica de FA ya ha recibido sus primeros votos negativos. Espero que por el bien del gafapastismo, Steven Seagal y Ana Obregón reciba todavía más caña.

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  7. No te preocupes. Era normal que te la fusilaran. Ya te he votado afirmativamente...

    Gracias por borrar "mi verguenza" para que mi vida actual pueda sobrevivir.

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  8. Que tal Bastardo! Muchos días sin visitarte. Mis vacaciones tienen la culpa, ¿será perdonable verdad? jeje. "Uncle Boonmee..." me gustó mas d elo que esperaba a pesar de mis bostezos post-visionado entre tanta densidad cerebral. No todos los días uno tiene la experiencia de perderse en una selva como la tailandesa sin drogas de por medio. El fondo de las pelis de Weerasethakul me parece siempre estupendo. Veo más problemas en las formas. Si el tío metiera cierta tijera en escenas para no alargarlas tanto ya sería la ostia porque a veces no sabes bien "que cosa observar", pero bueno... nadie negará que es un cineasta innovador, y eso hoy día en donde casi todo en el cine está inventado es verdaderamente de admirar. Y es que se nota que estamos en crisis creativa Bastardo, ya ni Clint Eastwood o Michel Gondry responden a las espectativas. Godard, también es un tipo innovador, pero ya no estamos en 1959. No se todavía que maldito cable se me cruzó para hacer escala en París en mi viaje de vuelta de Tailandia, pero no vi nada excitante en "Film Socialisme". Demasiada verborrea insustancial y demasiado tedio, mayor aún que en "Nuestra música", y demasiada sensación constante de esnobismo, aunque la película es demasiado experimental como para que una persona con mayor agujero receptivo de información audiovisual que el mío, la admire y justifique honestamente tal admiración. La película que espero que veas pronto cuando dispongas de 50 minutos libres es "Oddsac" de nuestros queridos e inimitables Animal Collective. A mi me ha parecido la mejor película del 2010. Un abrazo Bastardo!

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  9. Efectivamente si Weerasethakul metiera tijeras ganaría adeptos pero perdería la esencia de ser el enfant terrible que es. Deberían haberla nominado a los premios Yoyas para quedarse con la gafas de pasta gruesa de Alex de la Iglesia.
    Creo que Weerasethakul se ha convertido en referente porque todas sus películas se han convertido en material de gafapastismo y culto sobre la innovación del cine, vía cinematografía oriental. Lleva varias obras maestras para los entendidos en su materia aunque yo me lo he empezado a tomar en serio cuando no me he dormido: "Syndromes and a Century" y "Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas" son dos pequeñas joyas que van directas a mis listas de los mejor de sus respectivos años.

    Lo de Godard es un mundo aparte y yo tampoco puede con él desde su filmografía a partir de los setenta con excepción de la abstracta genialidad "Histoire(s) du cinéma" hecha para televisión. Aunque algo me da que "Film Socialisme" me va interesar más por su utilización de diferentes medios visuales y referencia hitchcockiana.

    "Oddsac" la tengo en la mirilla... Intentaré verla porque tiene una pinta genial.

    Saludos Dr!

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