miércoles, 4 de enero de 2012

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Los idus de Marzo: En el amor y en la guerra (y en la política) vale todo

 “Los idus de Marzo”
(2011)
EEUU
Director: George Clooney
Título original: “The Ides of March

Sinopsis (Filmaffinity):

Un joven idealista (Ryan Gosling) empieza a trabajar como director de comunicación para un prometedor candidato (George Clooney) que se presenta a las elecciones primarias del Partido Demócrata. Pero, durante la campaña, comprobará hasta qué extremos se puede llegar con tal de alcanzar el éxito político. Adaptación cinematográfica de la obra teatral ‘Farragut North’ de Beau Willimon.
Crítica Bastarda:

Durante la primera temporada de “Boardwalk Empire” se nos muestra cómo las grandes mentes están detrás de los políticos más influyentes, tapando sus escándalos y manejándoles como marionetas. En el caso que se muestra en la serie de HBO hay una proyección real de Warren G. Harding, que fue presidente de EEUU. Hay bebé con una amante que debe ‘esconder’ convenientemente de la vorágine electoral ese genial personaje llamado Nucky Thompson… Estamos hablando de principios de los años 20 donde no vale ser un candidato a presidente para tener el control de las cosas sino que las personas más influyentes (y beneficiadas) parecen permanecer en la sombra lucrándose a modo de asesores o disponer de algún cargo político aparentemente menor. No sé si Clooney quiere hablarnos de su personal Julio César, asesinado en los idus de marzo, o de los motores enviciados y mundo amoral de la industria política… pero el resultado final en el mismo año que hemos visto notables ficciones en formato televisivo como “Boss” o “Crematorio se queda en intenciones o en algo paupérrimo en comparación. Como si Clooney fuera la monja mojigata de un chiste caduco… de ese reflejo de una sociedad que se escandaliza con un pezón emitido en directo. ¿Habrá visto el director de “Buenas noches, y buena suerte” la mítica e imprescindible “The Wire”? ¿O tal vez quiere hollywoodear a través de la obra de Beau Willimon los más oscuros resortes políticos?

Distorsión y reflejos de la política
La realidad supera la ficción, pero la ficción nos enseña el camino de la realidad. No es el caso de “Los idus de Marzo”, que pese a convencer sonar en quinielas para lucir traje en cualquier alfombra roja que conduzca a nominaciones en premios dorados, deja a George Clooney como un interesante buscador de discursos sobre la maquinaria y el idealismo. Es cierto que si hay algo que hacen verdaderamente bien los norteamericanos son ficciones políticas sobre un terreno que conocen al dedillo… aunque últimamente siempre se impone cierta auto-censura: “Silver City”, “Primary Colors”, “Candidata al poder”, “La cortina de humo” podían haber sido mucho más penetrantes e incisivas pero tal vez temieron abrir heridas patrióticas, cediendo dicho terreno al formato documental… hasta que llegó a esos temas la televisión por cable, claro. Lejos quedarán películas como “Todos los hombres del presidente” o la sátira de “¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú”. Incluso los libretos de Aaron Sorkin de “La guerra de Charlie Wilson” o “La guerra de Charlie Wilson” han sido cuasi-desacreditados… aunque el discurso político sobre la censura y el patriotismo en “Studio 60” era muy inteligente de acorde a la pluma del autor. 

Creer en una mentira
Clooney no es que vaya a ser Costa-Gavras porque realmente allí necesitan más idealistas con capacidad de convocatoria que francotiradores y enfants terribles. Es cierto que a veces el punto de vista delimita a una obra. Sin ir mar lejos la oscarizada cinta de Kathryn Bigelow, “En tierra hostil”, fue desdeñada por muchos por su visión cuando la propia cineasta declaraba que quería «suplir la falta de información que existe sobre la guerra de Irak en los medios de comunicación estadounidenses». Esa censura y manipulación efectivamente hace que los escándalos políticos y lo que se cuece en las campañas queden apartados, tal y como presenciamos con el personaje que interpreta Marisa TomeiEl director-productor-actor, no obstante, es un tipo listo que sabe vender su discurso como revelación. “Los idus de Marzo” se convierte en una cinta necesaria para el pueblo norteamericano pero prescindible (aunque interesante desde su formalidad, ideas y mirada crítica) para los foráneos. Simplemente hay que disfrutarla como ese chupito, a modo de primer paso con impecable factura, necesario para que se empiece a beber la botella entera. Y esa gran botella de buen licor con un amplio camino recorrido y que destripa sin pudor la corrupción actual política norteamericana se llama “Boss”

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