domingo, 10 de febrero de 2013

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The Americans (1x02) The Clock: Asentando la serie

Matthew Rhys y Keri Russell están ansiosos, al parecer, de tener trabajo estable. Gracias a “The Americans”, nueva ficción de la FX, pueden que tengan serie para rato. Está claro que la cadena de cable no quiere ser una tercera o cuarta en discordia y está lanzándose a revolucionar la competencia con ficciones claves en la comedia norteamericana como “Louie”, en el género de terror como American Horror Story o series fuera de lo común (y con focos de público muy amplio) como Wilfred”, “Sons of Anarchy”, “Justified” o Legit”. “The Americans” quiere ofrece algo nuevo sobre lugares comunes previos volteando la historia y ofreciendo una inusitada y peligrosa perspectiva. A mí me recuerda a Dexteren los 80 y con espías en vez de asesinos en serie. La doble vida ‘criminal’ de un matrimonio de convivencia, su nuevo vecino y agente del FBI en la lucha de la contrainteligencia soviética y un drama familiar impredecible son focos interesantes que desean perfilarse en “The Clock”, segundo capítulo de la primera temporada de “The Americans”. Momento de repasarlo antes de que J.J. Abrams nos robe a Keri Russell y le ponga una ensaimadas en la cabeza. ¿O era al revés?

Después de un piloto de récord el segundo capítulo ha sufrido una fuerte y predecible bajada. Para algunos una peor caída que “American Horror Story” y, para otros, una nueva seña de una ficción… ¿seña? Es pronto para decirlo pero apunta a ser una de las ficciones más prometedoras aunque también bastante discutibles. Seamos sinceros: hacer una serie con un fondo histórico es una jugada peligrosa sabiendo cómo va a acabar todo. Podrían lanzarse a la reinvención y formalizar una jugada tarantiniana a lo “Malditos Bastardos” liquidando a Ronald Reagan en el season finale. Pero no, el juego del gato y del ratón que tendrán esta peculiar pareja de espías, los debates entre patria y familia y sus misiones repletas de tensión y peligros son los primeros hándicaps. También, esa doble jugada interna en su relación ‘profesional’ y ‘personal’ sobre el cimiento del american way of life: la unidad familiar. Su familia es su cuartada y escudo pero, al mismo, tiempo puede ser su perdición. Algo, por ejemplo, que comprueba Dexter Morgan en la cuarta temporada cuando conoce a Trinity…


El acercamiento a sus hijos podría ser un punto peligroso para realizar misiones suicidas como las que veremos en “The Clock”. El resumen del capítulo y punto y aparte es que las inteligencias soviética y americana dan un paso de gigante en su cruzada. El obsesivo agente del FBI Stan Beeman sigue con su misión paralela de desenmascarar a espías soviéticos y esta vez se recurre menos al flashback y más al contra-plano narrativo de ambos bandos. Si en el piloto descubríamos que Elizabeth llevaba una doble vida dentro de su doble vida tirándose a miembros del Departamento de Justicia para conseguir información, esta vez vernos que Phillip es Scott y se hace pasar por agente de inteligencia sueco. La mujer les conseguirá fotos a golpe de sostén para una misión peligrosa que podría poner a Elizabeth como a Phillip al descubierto. Bienvenidos a “The Americans”, donde los espías campan a sus anchas con cambio de peluca y bigote y los agentes del FBI parece Charles Bronson. La misión y plan pasa por incorporar un micrófono dentro del reloj del despacho del Secretario de Defensa, Caspar Weinberger. Mientras tanto, los agentes Beeman y Amador siguen a una mujer a una tienda de electrónica. Parece ser que la mujer trabaja en la embajada soviética donde se discute la visita del primer ministro británico, Margaret Thatcher, y su ministro de defensa John Nott en la casa de Weinberger. Arkady y Vasili parecen llevar el cotarro en la embajada y discuten sobre la urgencia de la operación. Lo que podría suponer seis o siete menes debe ser realizado en apenas… tres días. De nuevo llega la dicotomía de elegir entre órdenes o intereses personales.


Viola, la chacha de la familia Weinberger, será la encargada de sacar/meter el reloj con el micrófono. Para que colabore inoculan a su hijo un veneno ruso y no le suministrarán el antídoto hasta finalizar la misión. Entre Dios, el diablo y un hermano hay un brazo roto, una almohada y una constante: ¿quién podía pensar que iba a salir mal la misión en una serie que acaba de empezar? El éxito de la misión de los rusos contrasta y ¿se equipara? con la de los americanos, que consiguen su fuente dentro de la KGB al chantajear a la joven por cambiar equipos electrónicos por caviar que la chica pasaba de contrabando a la URSS. A unos les felicita el mismísimo gabinete pero a otros les queda el consuelo de tener una familia donde consolarse. Elizabeth se acercará a su hija y retomará vínculos con el paso a la adolescencia, mientras que en los gabinetes la Guerra Fría y los misiles nucleares de la URSS cuando Europa y EEUU trabajen juntos en un escudo de misiles balísticos… Vasili y Arkady no se ven tan contentos… y seguramente Elizabeth y Phillip tengan que realizar misiones ¿de nuevo episódicas? más peligrosas…

1 comentario:

  1. buena reseña deberias tener tu canal en youtube par que hagas reviews de series

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