jueves, 27 de junio de 2013

0

House of Cards: Castillo de naipes

Serie de TV
“House of Cards
EEUU
2013

Sinopsis (Página Oficial Canal +):

“House of cards” adapta “Castillo de naipes”, la serie de BBC con el mismo título en original creada en 1990 por Andrew Daivies ganadora de un Emmy a Mejor Guión que, a su vez, se basaba en una novela de Michael Dobbs, y fue todo un éxito de público y crítica. Fincher dirige los dos primeros capítulos de esta serie y después toman el relevo directores como James Foley (“Glengarry Glenn Ross”), Joel Schumacher (“El fantasma de la ópera de Andrew Lloyd Webber”), Charles McDougall (“The Good Wife”) o Carl Franklin (“Un paso en falso”). Guionistas como Beau Willimon (Los idus de marzo) también son garantía de calidad en una de las grandes apuestas de la temporada, un thriller político con el poder como telón de fondo. Francis Underwood (Kevin Spacey), es un político y que lidera el partido con la mayoría en la Cámara de los Representantes, un puesto que le da acceso a información clave. Junto con su mujer (Robin Wright), perseguirán incansablemente el poder para disfrutar de todos los beneficios que éste conlleva.

Crítica Bastarda:

“House of Cards” nos presenta a su personaje principal practicando una eficaz eutanasia a un perro moribundo:
Hay dos tipos de dolor... El tipo de dolor que te hace aún más fuerte y el dolor innecesario, el tipo de dolor que solo trae sufrimiento. No tengo paciencia para cosas innecesarias. En momentos como este se necesita a alguien que actúe, que haga las cosas desagradables, pero necesarias. Ya está. No más dolor. 
¿Por dónde empezar con una serie tan difícilmente abordable por su multitud de arpones lanzados en distintas direcciones? El propio poder debería ser el gran marco de un resonante cuadro y, rápidamente, Francis Underwood (Kevin Spacey) nos dará un recital de hábiles lecciones para facilitar la construcción del gran castillo de naipes que tiembla bajos sus pies:
Eligió el dinero en lugar del poder. En esta ciudad, un error que cometen casi todos. El dinero es el McMansion en Sarasota que empieza a venirse abajo después de diez años. El poder es el viejo edificio de piedra que permanece durante siglos. No puedo respetar a alguien que no percibe la diferencia.

Francis rompe la cuarta pared para dirigirse a su audiencia, nos habla… y nos convertimos en cómplices de sus maquinaciones y habilidosos complots. Muchos planos y discursos nos evocan a Boardwalk Empire e incluso a las tramas políticas de lo mejor que vimos en Boss”, pero el concepto aquí es diferente. Nos gusta observar la maldad… y esta vez la maldad nos observa a los ojos para remitirnos al cierre de American Horror Story: Asylum: «Solo recuerde... que si mira al mal a la cara, el mal va a mirarla directamente a usted». Aquí el mal nos da la bienvenida a Washington y nos introduce en su mundo mientras que Netflix declara sus intenciones: no habrá paz para los malvados… porque aquí los malvados somos los testigos y espectadores. “House of cards” nos habla de la adaptación del mal, no importa el traje ni el escenario… la maliciosa sombra siempre sabrá recorrer su camino y así yacen el recital de secundarios y conspiraciones. Desde un autodestructivo congresista, utilizado como un kleenex empapado en alcohol, drogas y prostitutas (Corey Stoll), hasta una arribista periodista en busca de fama (Kate Mara). Todo vale dentro de una partida en la que las cartas de la baraja están marcadas y en la el crupier nos sonríe conociendo nuestro fatídico destino. Lo brillante de la adaptación de la serie de BBC es que combina perfectamente la esencia de una película de estafadores (de guante blanco) con una ramificación política tanto en su vertiente dramática como política conspirativa y, aunque la parte troncal de la primera temporada pueda perder fuelle, sus primeros y últimos capítulos son tremendamente notables.


Aquello a lo que no pudo llegar una serie pre 11-S como “El ala oeste de la Casa Blanca” están llegando ficciones —las comentadas anteriormente: Boss” y Boardwalk Empire antes de que Nucky Thompson se convirtiera en un mafioso— pasando por “Veep”, premiadas películas para televisión como Game Change”, destripes incisivos y académicos en Lincoln de Spielberg o Los idus de marzo” o proposiciones como que una muy competente mujer pueda optar a la Casa Blanca (“Political Animals”), entre otros muchos ejemplos. Sus ajustes realistas contrastan con otra vertiente oscura y perniciosa; aquí, como si el mismísimo diablo contoneara grácilmente su rabo entre despacho y despacho de Washington y cuevas repletas de serpientes, peligrosas víboras y ladrones profesionales con traje y corbata, para formalizar su venganza y asalto de poder. Interesa que para conseguir dichos objetivos la política ansíe manipular los medios de información mientras que se constata su crecimiento viral y virtual del cuarto poder.


Estamos ante una producción elegante y con mucho talento tanto en guión, dirección e interpretación con capítulos perpetrados por David Fincher o Joel Schumacher. De acuerdo, nada nuevo dentro de la excelencia catódica de la televisión pero la línea continuista de ese nuevo orden de oscuridad política parece más fuerte e incisiva en esta ficción. Nos interesa, por lo tanto, la construcción del personaje y ese castillo de naipes que va levantando para constar su venganza… utilizando y descartando naipes a su antojo. Tiene su cinismo pero prefiera cierta concisión para solventar la credibilidad de un mundo tan oscuro como el nuestro. Sus errores pueden estar en la desigualdad del arco argumental, que dibuja un anticlímax de varios episodios para reafirmarse en un gran desenlace formado por unos excelentes capítulos finales. El juego de máscaras ni es tan revolucionario ni especial aparentemente pero podría recordarnos al “Valmont” de Milos Forman, donde los personajes nunca dicen la verdad y exponen la mentira sibilina codificada. La Marquesa de Merteuil y el Vizconde de Valmont están felizmente casados y habitan en las cloacas de Washington enmascarando su oscura naturaleza y ansias de poder. Los lobos aúllan y han comenzado por devorar primero los corazones de los espectadores que quedaron prendados viendo los ojos de las hambrientas bestias deseosas de poder que pasean por “House of cards”. «Solo recuerde... que si mira al mal a la cara, el mal va a mirarle directamente a usted».

No hay comentarios:

Publicar un comentario en la entrada (lea antes los Mandamientos de este blog)

Lea antes los Mandamientos de este blog.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...