jueves, 9 de enero de 2014

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American Horror Story. Coven (3x10) The Magical Delights of Stevie Nicks: Bitches sin alma

“American Horror Story: Coven” finaliza su descanso navideño y “The Magical Delights of Stevie Nicks”, décimo capítulo de la tercera temporada de AHS, nos va a dar la bienvenida al 2014 con el anunciado y cacareado cameo de Stevie Nicks haciendo de Stevie Nicks… Es hora de ponerse al día e ir atando nuevos detalles sobre las ‘delicias mágicas’ de una serie que sigue dejando ocultas la mayor de la preguntas e incógnitas: ¿Quién será la nueva Suprema? Aparte de ir viendo que las candidatas crecen y cualquiera pudiera ser la elegida, es hora de saber más sobre Marie Laveau, la Reina del Vudú, y su vinculación con Papa Legba, un nuevo personaje… Por si fuera poco, la sección ‘tabloide’ de la serie tiene otro cotilleo más a su ¿escasa? lista: Emma Roberts (Madison) y Evan Peters (Kyle) se han prometido. ¿Marketing o amor? ¿Tocará Stevie Nicks en su boda? Es momento de repasar las delicias mágicas de “The Magical Delights of Stevie Nicks”.

Sin flashback y con un alto precio qué pagar son los estigmas del arranque del capítulo que abre la recta final esta tercera temporada de “American Horror Story”. El capítulo va a mostrar las credenciales de esta temporada gracias a su capacidad de sorprender capítulo a capítulo pero también a un costoso sacrificio: en esa Academia los personajes aparecen y desaparecen… ¿por arte de magia? ¿Dónde está FrankenKyle? ¿Por qué hace uno allí lo que quiere sin que se entere Nan? Ups… ¿spoiler? Veamos, tendremos Stevie Nicks y la alianza entre Fiona Goode y Marie Laveau pasa por descubrir más sobre el pasado de la Reina del Vudú, el poder de sus lágrimas y también formalizar esa lucha interna y duelo bitches por el trono de la Suprema, que sigue tratando de aferrarse a la vida eterna a cualquier precio. Da la impresión de que Fiona no sale sin su petaca y que tanto la magia del aquelarre como el vudú se necesitan para sobrevivir… pero hallaremos un nuevo personaje que nos presenta a Laveau, en muy buen estado a sus 300 años de edad. Se trata de Papa Legba, un demonio o espíritu poderoso y tenebroso (decir oscuro sería racista, ¿no?), al que la Reina del Vudú vendió su alma a cambio de un ‘servicio’ cada año. Y no el servicio que os pensáis o que ella creía. El primero fue su propio bebé y esa misma noche se personará también para exigir la vida y alma de un inocente. Veremos a Laveau tomando a un recién nacido del hospital y sacando la lengua para poner orden al orden. Por favor, ¡qué saquen las muñecas (y no de vudú) de Marie Laveau! Preciosas de día y con los ojos blancos y el grito árabe (zaghareet) para que tengas pesadillas por la noche… 


Nos olvidamos de su poder a golpe de lengua y es momento de desvelar que Hank era un cazador de brujas al servicio de Laveau que finalmente se volvió en su contra. Nos interesa que en esa secuencia Fiona se encabrone y lo pague con su hija. Sí, es una mala-madre y todo esto provocará que Delia, pese a investigar y descubrir a Delphi y a su suegro, se gane el repudio de su mamá. Desde que Myrtle Snow le puso ojos a su niña bonita y perdió su poder no es nadie en la Academia. La pobre quiere ahogar sus penas pero el misticismo de Myrtle encapsulado en su theremin la pone más histérica. Lo que tiene ser la hija de Hillary Clinton… Laveau y Fiona van a demostrar que juntas son las más poderosas y bitches del lugar. Primero, se sirven de un laberinto y unos ratones para poner a prueba a una tambaleante Delphi haciendo que el padre de Hank sepa que el aquelarre es el enemigo real. Y, segundo, con la pérdida de poder por las aspirantes a Miss Suprema 2014 tengan que buscar matar a dos pájaros de un tiro por la deuda pendiente (y anual) de Laveau con Papa Legba. Un irreconocible Lance Reddick tendrá su protagonismo siendo invocado por Fiona tras la brutal sinceridad de Laveau para informarla sobre el precio de la vida eterna y que las lágrimas y poción que tomó LaLaurie no la servirían de nada por su cáncer. A Fiona le importa un mielda todo. ¡Todo! Ella quiere ser joven y eterna y La Suprema forever and ever. ¿Matar un bebé cada año? Por favor, ha hecho cosas peores esa mujer. Tantas, que Papa Legba informará a Fiona que no hay trato porque no tiene alma. ¿Desalmada y Suprema? Esto es discutible… pero hablaremos más tarde del tema. 


Es momento de que Misty moje las bragas con la visita de Stevie Nicks a la Academia de la mano de Fiona y que reciba el mantón que eleva su estatus de divina y folclórica de la función. Misty sabe que es indestructible pero llevar la etiqueta de ser la nueva Suprema sabemos que es un caramelo envenenado tanto para ella como para la audiencia. Madison, al ser revivida, ha perdido su soplo cardíaco y quiere reclamar su trono… aunque sea una muerta (de hambre) viviente. Envidiosa hasta las entrañas, Misty y Madison van a dar un paseo con una procesión funeral y la actriz trata de intimidar a la bruja salida de un pantano. Misty se conoce el juego y no es tan tonta… Bueno, es tonta porque dejarse timar por el juego del ataúd y el ladrillazo en la cabeza (no salga sin uno de su casa en su bolso en plan madre de Tamara Seisdedos). En definitiva y resumen: Madison se lleva el mantón y el título de folclórica con una Misty enterrada viva para retenerla ante su eternidad. Zoe va a pasar a segundo plano y aquí actúa como escudera de Nan en su visita al hospital para visitar a Luke y descubrir que el amor de su vida está muerto. Como comprobamos al cierre de Head, Joan Ramsey se cargó a su hijo con el viejo truco de la almohada en el hospital (no sé por qué no los hacen transpirables teniendo el currículo tan elevado de mortandad) al saber que conocía toda la verdad sobre la muerte de su padre. Nan visitará a la Joan para descubrir que ha incinerado a su hijo y que es la responsable de su muerte. Con sus nuevos poderes (como poner cigarrillos en las vaginas ajenas), Nan ‘limpiará’ el nombre de Joan y su estómago ante la impotencia de Zoe… que últimamente no para de ver a madres morir. Nan quiere ser la Suprema y no sabemos qué opinarán de todo esto Fiona y Laveau. 


Nan, de vuelta, escucha algo en la casa y encuentra al bebé que secuestró Laveau. Pensábamos que lo mató la noche de antes pero no, lo dejó escondido en un lugar tan secreto como el único armario que tenía su habitación… Bueno, lanzó un hechizo… pero Nan es de armas tomar y reivindica su posición de Suprema ante la Suprema y la nueva amiga y bitch de la Suprema. ¿Se va a liar Suprema? Sí. Fiona tiene la idea de matar a dos pájaros de un tiro con el pago a Papa Legba y Nan acaba ahogada en una bañera por las dos brujas más brujas del lugar. El propio demonio se achanta con tanto poder junto y bitchedad y acepta el pago a regañadientes. Nan no era una alma inocente del todo pero existe un vacío legal que recuerda Fiona a Papa Legba: De acuerdo, mató a la vecina… pero esa perraca lo merecía. A Nan lo único que le preocupa es cambiar de vestuario donde la lleva ese ¿proxeneta de almas? porque cualquier lugar es mejor que ese prostíbulo de supremas donde apuñalar por la espalda son los buenos días. Después de un largo día llega el final perfecto para Fiona con la segunda actuación en directo de Stevie Nicks y dar el cierre a “The Magical Delights of Stevie Nicks”. La Suprema sigue siendo la fruta ama de la función y no tiene minicadena si quiere escuchar música. Se lleva a su fantasma que le toque el saxo o a la Nicks para amenizar la función y, ahora, medita su próximo movimiento en ese aquelarre que se está quedando sin candidatas y sí con muchas bitches sin alma. ¡Cuánta desalmada! ¿Y qué ocurrirá con esa cabeza parlante? ¿O esa fangirl sin mantón enterrada viva? Lo descubriremos en los últimos suspiros de esta entrega.

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