jueves, 15 de mayo de 2014

0

Todo sobre el séptimo programa de ‘Un príncipe para Laura’

Si un Un príncipe para Corinafue una de las sorpresas de 2013, “Un príncipe para Laura” se está convirtiendo en una de las mayores decepciones. Si bien ¿Quién quiere casarse con mi madre?bajó el listón, la nueva producción de Eyeworks España ha caído en picado en sus datos de audiencia. La culpa es de la piratería… dirán. Aunque la explicación parte de bastantes factores, comenzando con un ‘Supervivientes’ que está más tróspido y barriobajero que nunca, y continuando con una Laura Parejo que no convence del todo (¿demasiado guión e inteligencia?) junto a esos asesores mustios y unos pretendientes que a nivel general no han llegado a la trospidez necesaria. Negar que el edit-dating-reality de Cuatro no ha tenido concursantes llamativos (pero llamativos, llamativos) sería engañarnos. De hecho, quedan todavía algunos que dan juego como Cidoncha, El Ciervo Zombie, El Coplas, La Pepa o Pinazo, pero son personajes que no aportan más allá de la curiosidad o de lo ya proporcionado hasta el momento, que no alcanzan el nivel que vivimos el año pasado con el vampiro romántico (Pedro Garcés), el chino vasco (Yong Li), David Pedre o Álvaro Colina. No importa que la Bruján sea más Bruján, que hayan pulido el guión o incluso añadan personajes secundarios o efectos especiales. Los cambios de horario por culpa de los estrenos de Telecinco (‘¡Mira quién salta!’) o la coincidencia con la UEFA Europa League con una competencia feroz, han hecho el resto. Es momento de hablar de la decadencia del séptimo programa de “Un príncipe para Laura” y comprobar si tiene o no salvación.

No sé si podemos gritar ya a los cuatro vientos que estamos presenciando el fracaso del año, donde nuestros concursantes favoritos han sido lanzados al infierno y que, cada día, Laura Parejo está más sosa. ¿Se le ha pegado la ‘mustiedad’ de Ana? Aunque muchos consideran este tipo de programas teleshit o cutreremake de MHYV completamente guionizada sin margen al perfil natural para la improvisación de sus personajes, no considero que el montaje o la banda sonora hayan perdido encanto. Es que simplemente no han tenido mucho material dejando en evidencia el comentario general: se queda muy lejos (y demasiado) de “Un príncipe para Corina”. Aún así, ya sea por inercia o simplemente para dar un fin el séptimo programa llegó después de esa película de terror portuguesa protagonizada por el difunto Bela Guttmann y su maldición húngara a lo “Arrástrame al infierno”. Titulado ‘Viaje Real’, el capítulo nos transportó a ese viaje infernal fuera del Principado rumbo a Malta por Laura y Ana junto a cinco conquistadores: Manu, Bruno, Marc, El Coplas y Gonzalo Orellana. El resto de caballeros se quedaron en Parla de Madeira con Mateo y Sira sufriendo las hemorroides del amor. ¿A quién le iban a tocar las calabazas del programa? El ranking de la página oficial de Cuatro nos evidenciaba que Bruno, Cidoncha, Ciervo y Coplas eran los más odiados por el público:


En Parla-Cero-Points-For-Spain se quedaron Cidoncha, Pablo, Pinazo, Daniel ‘El Ciervo’ y La Pepa junto a Sira y Mateo, que propiciaron los grupos. El punto hijo de fruta de Mateo para lavar el cerebro a Pablo, el favorito celoso emulando al Diego de Corina, era un látigo más de postureo que bondage. Pura pose. Cidoncha encantado siendo el relaciones públicos de todos los demás y llevándose su compañero de habitación y al asesor de la princesa a probar el vino de la zona. No se puede entender que Mateo, presumiblemente acostumbrado a meter las narices hasta el fondo de culos de distinta índole, se ponga en plan señorita remilgada cuando tomó un vino seco. No se puede ir de fino y ser tan estrecho en una vinoteca. ¡Debería aprender del Coplas! Pablo también fue fino, fino… como un culo: «Nos vamos el mariquita, el presidente y yo». Mateo, en realidad, lo que quería era poner a esos cuerpos lozanos a escalar en pelotas, rozando el escroto y los testículos por las empinadas rocas. O eso, o una sobredosis de pan de ajo. Eso sí, Mateo lo tuvo claro: todos en bolas menos Pinazo. Él vestidito.


En Malta, Bruno sacó también los cuchillos. Que le preguntan si Manu y Laura hacen buena pareja, pues responde: «Parecéis una pareja de lesbianas por detrás». Uno está en la final y es intocable y el otro ‘e un diabolo’. Hubo acuario con un Coplas desatado y una cena de parejas con Bruno y Marc junto a Ana y esa princesa que no se cortó en dar una calabaza al aspirante musculoso a bombero. Encima soltó que no le gustaban los hombres musculosos… aunque en su cita con Coplas demostró que aquello que afirmaba iba serio. Estuvo encantada con un caballero como Coplas y a Laura le pareció todo superdivertido. Hija, todo para ti. Que te lo pongan para llevar y lo adoptas como animal de compañía… en un acuario lleno de alcohol, salvo que acabase después de su paso por el programa en una clínica de desintoxicación. Sinceramente llegamos de nuevo al lugar en el falta material y por mucho que Coplas compare a todos y todas con futbolistas, el invento no funciona. En Parla-Madeira, por el contrario, la niebla a lo Silent Hill no achantó a los concursantes para lanzarse con tirolina en barranco y poner los testículos de Pinazo en su garganta. Aparte de la la Cidonchamanía (Españoles, recordadme), poco o nada más y es que las multiaventuras de los chicos fueron fructíferas únicamente ese ojo del halcón de Mateo. Los únicos que se lo pasaron en grande allí fueron Cidoncha y Pablo, que tuvieron su bromance y reconciliación por su discusión en el pasado capítulo que produjo infinitos ronquidos o un completo insulto a la inteligencia. Pablo tenía esta vez excusa: Laura me pidió que no contara lo del beso. ¿No lo pudo decir la noche en la que Cidoncha le dejó de hablar por mal-amigo? ¿Otra laguna de guión?



Y es que ni las frases de Pinazo o Ciervo salvaron del aburrimiento el séptimo programa porque no hubo demasiado donde rascar en casi ningún momento y más si Mateo cohibía a esos concursantes a que se desinhiberan como vimos con Brian De La Vega y esa guiri que realmente era de Alcorcón la temporada pasada. De acuerdo, tuvo su rollo de bicho-malo y la lío parda con los candidatos poniendo sus caras largas y tratado que reaccionarán. En realidad, Mateo mintió como una btich de arrebatos folclóricos con «En Malta ha habido pasión y hasta un punto de locura» cuando simplemente se trataba de un fondo musical de la banda sonora de “Frozen” y un trolleo a esas almas que lo normal hubiera sido que estrangularan sin fular a esa zorra maliciosa. Ana la Mustia, siguiendo presumiblemente el guión, malmetió al resto de aspirantes al corazón de la princesa con una posibilidad de beso. Manu amenzó a lo Pascual con irse y llorar y no sabemos el orden exacto. Bruno y Laura hicieron manitas en su cita y llegó el montaje para el beso pasional que se tornó en cobra angelical donde faltó agua bendita para exorcizar a golpe de Dexter Morgan y chillido gatuno la calabaza final. O mejor dicho, calabazote total para dejar los testículos de Bruno en las amígdalas y con el anuncio del trolleo al final. No hubo calabaza… porque no tocaba hasta el siguiente programa. Se agradeció que a estas alturas los montadores hayan dotado de una despedida en condiciones las expulsiones tanto de Marc como de Ciervo. Tenían material y lo han aprovechado como homenaje. Un aplauso. Para el octavo programa se prepara un spin off de Sira y ¿el beso definitivo y pasional de Bruno y Laura? Desconociendo si se emitirá a las cinco de la mañana o en otro día señalado nos despedimos a la Bruno. No nos queda otra.


Licencia de Creative Commons
Historias Bastardas Extraordinarias by Maldito Bastardo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

No hay comentarios:

Publicar un comentario en la entrada (lea antes los Mandamientos de este blog)

Lea antes los Mandamientos de este blog.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...