martes, 24 de febrero de 2015

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Broadchurch: Segunda temporada

[AVISO SPOILERS] Resumamos la nueva y segunda temporada de Broadchurch como la propia cita y declaración de David Tennant: «para ser honesto, creo que estamos siendo una víctima de nuestro éxito». La bajada de audiencia no ha sido impedimento para articular una sólida entrega y reinventarse en el actual mundo de la antología televisiva. Puede que su precipitado e innecesario remake norteamericano —tan horrendo como fallido—, protagonizado también por Tennant, dinamitara la fórmula de un producto que sorprendió a propios y extraños durante su primera entrega. Gracepointmarcó la peor concepción del show y los guionistas de “Broadchurch” decidieron ofrecer algo distinto ante la imposibilidad de superar el propio pasado de la serie. De este modo, hay que entender la propuesta británica de ITV como un díptico para resolver dos casos comunicados en la figura de Alec Hardy (Tennant) y ese acantilado donde quedó alineado su destino frente al de Danny Latimer y Pippa Gillespie. Dos asesinatos que articulan una curiosa vuelta de tuerca al género. Los fallos y errores en el caso de Sandbrook provocaron que Hardy acabara en Broadchurch… para resolver el asesinato de Danny, que nunca hubiera podido solventar Ellie Miller (Olivia Colman) al ser el culpable su propio esposo (Joe Miller). Precisamente los fallos y errores durante la investigación serán expuestos en el juicio del asesino de Danny Latimer y generarán un contraplano y reflejo para que Ellie Miller pueda ayudar a resolver el caso de Sandbrook como una gran catarsis, en la que Alec Hardy (e incluso su esposa) se convierten en partícipes. ¿Qué ocurrió en la segunda temporada de “Broadchurch” y cómo fueron capaces de sorprendernos? 

ITV ha renovado “Broadchurch” para una tercera temporada y entendemos que el concepto del show también mutará en algo completamente distinto, aunque han dejado suficientes incógnitas en el destino de los habitantes y comunidad de ese pueblo, que tuvo que exponer todos sus secretos para encontrar al responsable de la muerte de Danny Latimer. Joe Miller, tal vez por cobardía de no aceptar su culpabilidad, se declaró ‘no culpable’ generando un juicio que exprimirá —más si cabe— las confesiones ocultas y misterios revelados de todos los implicados en ese caso. Desde el comienzo de la segunda temporada los guionistas conjugaron tanto el juicio contra el culpable del asesinato de la víctima de la primera entrega, como ese posible spin-off alrededor de ‘Sandbrook’ para dar conexión al pasado del inspector Hardy. «Había dos chicas. Lisa Newbery, de 19 años, cuidaba de su prima de 12, Pippa Gillespie. Los padres de Pippa se fueron por la noche a la boda de un amigo. Volvieron al día siguiente y ambas chicas habían desaparecido. Pippa fue encontrada tres días después. Lisa oficialmente sigue en paradero desconocido. Nuestro principal sospechoso era un hombre llamado Lee Ashworth (James D'Arcy), pero tenía una coartada sólida…». Esa ‘coartada’ la propiciaba su mujer Claire Ripley (Eve Myles), que mintió para proteger a su esposo. Alec descubrió el engaño y prometió a su esposa que si contaba la verdad Lee sería condenado… pero ya conocemos la historia de ese colgante perdido que arruinó el caso contra Lee Ashworth, que se hallaba en el extranjero. Claire fue el motivo por el que Hardy aceptó el trabajo en Broadchurch y es su tesoro oculto a modo de protección de testigos. El regreso de Lee, buscando a su esposa, va a hacer explotar todo y dar de nuevo sentido al caso de Sandbrook. 


Respecto al juicio de Joe Miller frente al doloroso punto de vista de Beth (el proceso de dar a luz a su hija), “Broadchurch” encontró un potente material dramático. Beth no puede perdonar a su amiga Ellie y más revelaciones sobre su esposo Mark dieron la impresión de condenar su matrimonio y propia estabilidad emocional. El proceso judicial nos trae nuevos personajes en esos responsables legales tanto de la defensa como de la acusación. Marianne Jean-Baptiste (Sharon Bishop) y Charlotte Rampling (Jocelyn Knight) y su vinculación pasada encontró el componente perfecto para profundizar en sus personajes donde prácticamente no faltó nada. Descubrimos que el hijo de Bishop fue encarcelado y que Jocelyn no quiso ocuparse de su defensa. Sharon Bishop es una villana que utiliza las debilidades del sistema para poner en la calle a pederastas asesinos de niños si es necesario, para así demostrar las sombras y ángulos muertos de esa justicia que encarceló a su vástago. No esperen tener simpatía por un personaje tan pérfido y manipulador como la mismísima Annalise Keating, que utilizará el dolor de las víctimas y todo tipo de tácticas para ir desmoronando la defensa y crear una duda razonable. Sabíamos que todas las múltiples irregularidades en el caso de Joe Miller desembocarían en una versión de los hechos de Bishop completamente tergiversada: sugirió un romance entre Alec Hardy y Ellie Miller, culpándolos de una conspiración para incriminar a Joe con pruebas falsas. Insinuó incluso que el asesino es el propio Mark Latimer y tiene una teoría bastante sólida que hace contrastar todo aquello que dijo Beth sobre Ellie y ésta sobre Susan Wright. El jurado finalmente se traga su red de mentiras y falsas verdades, declarando inocente al verdadero asesino y lanzando una indirecta al sistema judicial. Joe Miller, no obstante, está solo y perdió el apoyo de su único amigo en su estancia en prisión: el reverendo Paul Coates. De este modo, la serie encuentra en sus escenarios una vía de dar un juicio justo a Joe por parte de los habitantes de Broadchurch y la familia de la víctima. No esperen un ojo por ojo como punto de partida desde esa iglesia… aunque los guionistas jueguen con ese material y suspense. Se trata de llevarlo al lugar del crimen y que Beth Latimer y Ellie Miller procedan a exiliar al asesino pedófilo como condena y destierro absoluto para un personaje que perderá todo… incluso la posibilidad de ver a sus hijos. «Si tratas de contactar con ellos te mataré y, a diferencia de ti, me enfrentaré a las consecuencias. Estás muerto para nosotros, ¿lo entiendes?». Las líneas finales sobre la soledad realmente dan sentido a los Latimer y los Miller como víctimas de ese crimen y generando una catarsis en el lugar donde fue hallado el cuerpo de Danny. Se trata de una reconciliación entre Beth y Ellie y una celebración de la vida, un recurso ya divisado en el desenlace de la primera temporada. 


Pese a las críticas, considero que “Broadchurch” ha sabido renovarse y ofrecer otro tipo de serie alejada a esa notable primera temporada. La psicología es fundamental para entender a esos personajes inestables, asfixiados en la oscuridad, que deben encontrarse los unos a los otros para poder seguir adelante. La serie británica ha formulado una catarsis interna sobre sus propios y emblemáticos escenarios y, de este modo, la aportación de Ellie fue fundamental para resolver los crímenes de Sandbrook. La vinculación de los tres sospechosos (Lee Ashworth, Ricky Gillespie y Claire Ripley) se hizo cada vez más evidente e incluso nos fue revelado que Claire era la responsable del robo de la famosa prueba, que desmontó el caso frente a su esposo y arruinó la carrera de Hardy. No es que estemos ante el peor detective de Inglaterra sino que del mismo modo que Miller quedó cegada respecto a su marido, Hardy siempre consideró inocente a Claire. La realidad fue más desagradable e incluso un tanto absurda e irracional… ¿Nos espera alguna sorpresa para la próxima temporada o damos por concluidos ambos casos? La historia es simple: Lisa Newberry cuidaba a su prima de 12 años de edad Pippa y vio a su ‘acosador’ Gary Thorp (Tom Rosenthal) en el exterior. Lee le golpeó y ese rol varonil, sumado al ‘lavado’ de sangre de su camisa, provocó el affaire entre ambos. Sus relaciones sexuales fueron interrumpidas por Ricky, que llegó a su hogar borracho y frustrado sexualmente de esa boda en la que no pudo fornicar con una dama de honor. Ricky nunca se acostó con Lisa pero deseaba hacerlo y consideró el acto como una traición previo acto voyeaur. Las palabras de Lisa sentenciaron su propia vida y Ricky aplastó su cráneo contra el suelo con furia… asesinándola. Ricky amenazó con culpar a un desorientado Lee y, más tarde, comprobaremos que la propia Pippa escuchó todo pensando que fue Lee el autor del crimen. Claire llegó al lugar y se encontró con el crimen cometido, uniendo piezas sobre la infidelidad de su esposo y el chantaje de Ricky. Claire ejerció de Lady Macbeth y dio de beber de la petaca que utilizaba Ricky con Rohypnol para sus ‘ligues’ a petición de éste. La intención de ella no era tranquilizarla sino que su marido la asesinara asfixiándola con una almohada para eliminar así un posible testigo hostil y chantajear a su padre con la propia petaca; acusándolo de la muerte de su hija por tomar esa droga. La verdad es que nada cuadra salvo el cambio del suelo de madera y que fue aquello que quemó Lee en ese horno con el olor a sangre como prueba del acto. El cadáver de Lisa fue depositado en otra tumba ya que Lee estaba trabajando en una iglesia donde hubo un funeral el día anterior al crimen... 


Todo trataba de verse reflejado en el filtro de la conciencia. Resolución similar a la ofrecida para Sharon Bishop que da la impresión de encontrar la luz y la esperanza gracias a esa revitalizada Jocelyn Knight, que perdió a su madre y se declaró a Maggie Radcliffe como el gran amor de su vida. Planteemos “Broadchurch” como un díptico de dos temporadas del viaje de Alec Hardy a esa playa que había olvidado que visitó cuando era un niño y la conexión entre Danny Latimer y Pippa Gillespie. ¿Cuál será ahora el destino del detective que dejó atrás su enfermedad cardiaca y superó la operación? ¿Qué nos ofrecerá la tercera temporada? Es cierto que en esta segunda entrega hemos tenido muchos aciertos e incluso valentía de confeccionar una nueva serie alejada de los cánones que propiciaron el éxito del show. Otra cuestión es que no han sabido utilizar tan bien a personajes como Chloe Latimer, Becca Fisher, Olly Stevens… y, sobre todo, la resolución de los crímenes de Sandbrook fue tan concluyente como en cierta medida absurda y decepcionante. Que los tres sospechosos fueran cómplices y se chantajearán entre sí no deja de ceñirse tanto al género como a ese componente dramático que busca “Broadchurch”. En realidad, Chloe abortó el bebé que esperaba de Lee como parte de su penitencia y culpabilidad. Tal vez no pudiera aceptar como padre al hombre que asesinó a una niña y que le fue infiel… o ella misma fuera incapaz de ejercer como madre. Los destinos de Miller y la propia Claire ofrecieron un contraste y, en definitiva, dos polos opuestos al servicio de la historia. Nos queda la celebración de la vida por encima de la propia muerte, de la justicia alcanzada por la propia comunidad frente a la sinrazón y el destierro de todo aquello que pudiera desestabilizar a un pueblo y personajes que, por fin, hallaron el equilibrio soñado y la luz ante tanta oscuridad.

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2 comentarios:

  1. pues a mí no me gustó nada el primer capítulo de esa segunda temporada, me pareció un giro rebuscado e innecesario, esas escenas del juicio con todo le mundo gritando son grotescas, creo que estaban bien con dejar solo la primera temporada, arruinaron una gran serie, a mi juicio

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  2. A mi me gusto mucho la segunda temporada, aunque no más que la primera. Estoy de acuerdo con la mayoria de las cosas que comentas arriba, y creó que aunque tenga ciertas fallas o desaciertos, es muy disfrutable esta segunda entrega.
    Respecto a la tercera temporada, tengo pensado verla, sin embargo para mi es innecesaria. Saludos!

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