viernes, 3 de abril de 2015

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The Big Bang Theory (8x19) The Skywalker Incursion: ‘Road Trip’ + Star Wars + GOT + Doctor Who…

Estamos llegando al fin de la octava temporada de “The Big Bang Theory” y resulta complicado trazar una línea de defensa para su entrega más floja hasta el momento. Es cierto que la audiencia millonaria sigue ahí, que un corte de pelo de Kaley Cuoco puede ser noticia durante meses, que un cameo o una instantánea resulta tan viral como un «Knock Knock Knock… Penny? Knock Knock Knock… Penny? Knock Knock Knock… Penny?». Sabemos, en realidad, que son efectos pasajeros y que realmente las futuras no-nominaciones a los Emmys serán parte de esa confirmación. Es el principio del fin y la decadencia absoluta. Puede que los fanboys y tali-nazi-fans de la sitcom de CBS ataquen a todo ser que lance cualquier tipo de crítica y utilicen recursos tan infantiles y absurdos como «si no te gusta, no la veas». Tienen razón: lo que hay que ver (si es que hay algo) no merece la pena ser visto… pero también hay que ver para opinar y “The Skywalker Incursion”, decimonoveno capítulo de la octava temporada de ‘Big Bang’, supone un intento de lanzar todo tipo de referencias pop y frikis de la manera más ‘random’ posible. No hay criterio ni encanto más allá de la propia mención, más allá de esa ración de olvidables aventuras. No lo hay pero vayamos a buscar a esa quimera llamada George Lucas, anclada en un pasado que no será ni siquiera presente y mucho menos futuro. 

Podríamos resumir “The Skywalker Incursion” —y ese viaje a la universidad de Berkeley por parte de Leonard y Sheldon junto a esa venta de objetos en un garaje sin clientes— en la propia confesión de Penny. A ella le encantaJuego de tronos y no resulta una obligación impuesta como ver capítulos de “Doctor Who” junto a Leonard. Simplemente ve la serie de HBO porque tiene dragones y sexo. Las cosas como son. En cierto modo podemos plantear que prácticamente el frikismo se ha convertido en una referencia cultural masiva. “Star Wars”, Game of Thrones, el universo DC o Marvel son conceptos ‘mainstream’ y completamente aceptados y accesibles para la sociedad. The Walking Deades una de las series más vistas y populares del panorama internacional y está basada en un cómic y tiene ya su propia sección en la Comic-Con. Los tiempos han cambiado. Tal vez por eso se siente que “The Skywalker Incursion” es un mash-up de todas esas referencias faciolonas aplicadas sin demasiado acierto salvo la propia mención en sí misma. La idea es que el resto del grupo, ante ‘la hora de aventuras’ de Sheldon y Leonard, organicen esa venta de objetos en el garaje de la difunta madre de Howard. Una réplica del TARDIS de “Doctor Who” va a ser el ítem de disputa entre esa Cersei-Bernadette Lannister y su esposo. Volvemos a ese duelo entre La Montaña y la Víbora Roja sobre una mesa de ping pong en el que se batirán el tres veces campeón de badminton en la Escuela Sanskriti (para chicos de buena familia) y la mujer sin amigos que nunca supo que podía utilizar un lado levantando de la mesa para usarlo como muro. En resumen, aquí únicamente hay servicio pero nunca una correcta réplica. Todo ello sobre el campo de batalla de Thundercats contra Transformers. ¿Suena divertido? Sí, pero no sobre esta actual mesa de ping pong llamada ‘Big Bang’


El viaje a esa conferencia de Leonard y Sheldon esconde ciertamente parte de los defectos de la actual serie. Siempre se busca un enfrentamiento entre ambos para que lo resuelvan y queden de nuevo como los mejores amigos y compañeros de piso para siempre. No funciona. Dejó de funcionar muchos episodios (e incluso temporadas) atrás. Ni música funky ni ese código para que el warsie se dirija a mitad de la nada y trate de infiltrarse en el Rancho Skywalker y en las oficinas de George Lucas. Nada de nada. Falta perspectiva y una auto-crítica. ¿Dónde están las referencias a Disney y J. J. Abrams? ¿No debería hablar el capítulo de ese choque entre lo viejo y lo nuevo? Nuestra perspectiva es que atravesar una simple puerta y valla, tratar de lidiar con un guardia de seguridad entrenado por Grumpy Cat y salir corriendo en plan Jar Jar Binks se transforma en una épica odisea condenada a un taser, ser electrocutado y perder el sentido del olfato. Y, además, ¿desde cuándo declarar el amor a Chewbacca a golpe de besos a su estatua es considerada un acto indeseable e ignominioso? 


Olvídense de la baba y un expositor con el Arca de la Alianza y vayamos al tomate. ¡A la sangre! Pero obviamente no a la de ese duelo de La Montaña India y La Víbora Virgen. No es la primera vez que tenemos un capítulo temático respecto a ‘Star Wars’ e incluso pudiéramos agradecer que “The Skywalker Incursion” vaya, gracias a ese duelo de ping pong, a la comedia física por encima de la referencia impuesta. Cersei-Bernadette Lannister malmeterá tanto a Raj como a Amy para que esa réplica del TARDIS nunca entre en su casa. ¡A la mierda con “El doctor Who”, le faltó soltar por esa boquita de piñón! ¡A la mierda! Pues eso, ¡a la mierda! La cuestión es que Amy se queda con esa puerta TARDIS directa a su dormitorio… aunque Sheldon haya mostrado hasta en tres ocasiones que no tiene concepción del sexo más allá del frikismo o su propia seguridad:
Veamos.Tenemos protectores para los asientos, escarpines para mis zapatos, un broche para mi nariz. Y un espejo en un palo de golf, así puedo asegurarme de que la persona en el urinario de al lado mío no es un tipo raro. 
Está claro quién es el tipo raro aquí y ciertamente el episodio acaba cuando ofrece su mejor sketch en la soledad de Amy sobre su propia cama (le faltó lucir lencería o simular un posado a lo Deadpool). Sheldon a su rollo. Como siempre. Aunque, ese punto, ¿dónde está nuestro KBP? ¿Nuestro Kit de Baño Público para no cagarnos encima y no precisamente de la risa? ¿Y dónde está Emily por cierto? Olvídese de todo que ya quedan cinco episodios. 

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1 comentario:

  1. La serie perdió su encanto hace rato y como tu dices se dedican a mencionar sin ton ni son cualquier cosa popular... Lo triste son los números de audiencia y de nominaciones. Sheldon cansa y cansa mucho.. Y ahora diganme ignorante nazis!! 😉

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