lunes, 19 de septiembre de 2016

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Fear the Walking Dead (2x12) Pillar of Salt: El mundo (postapocalíptico) es un pañuelo


Teniendo en cuenta que esta segunda temporada de “Fear the Walking Dead” está compuesta por quince episodios, resulta coherente que en su duodécima entrega hayan surgido ciertos elementos para posicionarnos ante un no tan esperado season finale. Si bien The Walking Dead pese a muchas críticas y cuestionamientos ha sabido mover bien a esos millones de telespectadores, que conforman grandes rebaños de caminantes, su spin-off nunca ha conseguido construir personajes demasiado carismáticos que nos interesen apropiadamente. A muchos seguidores homófobos se les pasó su enamoramiento de Victor Strand, por ejemplo, cuando descubrieron su orientación sexual. Otros huyeron del influjo de Nick Clark cuando se deshizo de sus prendas de señor viejuno e incluso el empuje que provocó contar con Alycia Debnam-Carey se debió a un trasvase del club de fans de Lexa de “Los 100” que se llevó una desagradable sorpresa en el show de The CW. Bajo ese panorama y ciertas réplicas del espectáculo original, tanto los productores como escritores de “Fear the Walking Dead” son conscientes de que deben renovar su ficción o dejarla morir. La serie siempre se ha caracterizado por afianzar las mecánicas y conflictos familiares y en el caso de Madison y Tavis la debilidad con sus vástagos pasa por cometer actos un tanto estúpidos que pongan en peligro a los grupos donde están integrados. Si es que tienen grupos que destruir… claro. Los escritores, además, se encuentran posicionando un clímax de cara al final de la temporada. De este modo, se ha buscado con algo de urgencia entrelazar los tres arcos argumentales existentes a través de ese supermercado gestionado por una banda callejera de Los Hermanos de Tijuana que lidera el pérfido (?) Marco Rodriguez. Una de las urgencias del espectáculo fue utilizar pseudovillanos (que no villanos en su concepto intrínseco) que nos parecían mucho más interesantes, contrariamente, que los propios protagonistas. En el caso de Marco da la impresión de que tenemos a una monjita de la caridad si lo comparamos con aquello en lo que seguramente se convierta Chris Manawa. Pero aquí la gracia no es seguir los pasos del hijo de Travis hacia el lado oscuro sino ceñirnos a esas débiles estructuras familiares y conflictos del mencionado y torturado padre y Madison por recuperar a sus cachorros un tanto díscolos y errantes. Repasemos “Pillar of Salt”, ese duodécimo capítulo que nos lleva a integrar a los personajes en un gran todo.

Para empezar, todo resulta un tanto chirriante. No es que Marco sea una especie de Negan que desea tener subyugadas al resto de colonias de supervivientes de la zona sino que simplemente da la impresión de que moverá cielo y tierra por su hermana… sin que sepamos si tiene sentimientos por Luciana y su relación con Nick ha puesto una cerilla encendida sobre una caja de dinamita. Esa debilidad en los planteamientos nos lleva a pensar que Marco no es tan peligroso como los escritores quieren hacernos pensar sino que, en realidad, necesita tener clientes para su modelo de negocio… salvo si descubre que éstos tiene un ‘alijo’ de Oxycontin para saciar la sed de drogas de su hermana. Bajo tal material, los escritores han ideado ciertos movimientos un tanto absurdos dentro de la colonia como el escape que plantea el prólogo de “Pillar of Salt”. Francisco, su esposa e hija abandonan el lugar porque no es seguro (?) y se dan cuenta que en el exterior nada lo es en menos de media hora. WTF?! ¿Es que Francisco desconocía que Tijuana es una ciudad controlada por mafias y bandas callejeras que pueden asesinar a sangre fría a tu familia por simple diversión? Lo mejor es ese plano aéreo, en cenital, que representa su huida de ese muro de caminantes que han de atravesar. La idea, por el contrario, es que Marco reconozca a Francisco y lo vinculé con esa colonia poblada de Oxy que desea conquistar (por necesidades del guion). El problema es que el acuerdo que tenía el grupo de supervivientes con Marco parece roto y Alejandro, además, no hace el movimiento más indicado como líder para proteger a los suyos. Al negar a Marco el intercambio y comercio de Oxy por víveres está dictando su sentencia de muerte… “Pillar of Salt” trata de desarrollar la relación de Nick y Luciana y las clases de español de éste y, en esos tiras y alojas, la joven revela su devoción por Alejandro (y sus órdenes) por encima de su nuevo amor. “Fear the Walking Dead” trata de jugar aquí la carta de la fe de Nick en su nueva colonia y líder de un modo un tanto absurdo ya que aquello que plantea el ex drogadicto es la opción más indicada y segura. Y el problema que se plantea, como gota que colma el vaso, es que Marco ya es conocedor de la ubicación de ese lugar que desea conquistar y someter. Entendemos que Francisco al final tuvo que hablar…


“Pillar of Salt” nos vende también el regreso de Ofelia a la serie y que fue aquella que huyó del Rosarito Beach Hotel y se llevó al furgoneta. Nada que no pudiéramos intuir. “Fear the Walking Dead” aprovecha para desarrollar su personaje gracias a algunos flashbacks con la petición de mano de su novio Will y esa fe representada en sus elementos físicos y primordiales como ese rosario que conecta sus recuerdos con su madre Griselda. Sabíamos que Ofelia estuvo dispuesta a sacrificar todo por su familia (de nuevo, el leitmotiv de los conflictos expuestos en todos los arcos argumentales) aunque ahora sea una huérfana que deba sobrevivir en un mundo inhóspito. Su destino es EEUU y entendemos que no será la última vez que veamos al personaje que interpreta Mercedes Mason… salvo que se convierta en otra víctima de Chris Manawa. Respecto a los dramas de Madison y su grupo, veremos cómo la protagonista se hace con el liderazgo del hotel y anima al resto a construir un refugio en el que recuperen la luz eléctrica de su generador y así tener incluso hielo. Como el mundo es un pañuelo, descubriremos que el hermano de Hector está en la banda de Marco y para posicionar el encuentro los escritores han buscado un acto homicida un tanto ‘random’. Ilene Stowe no se tomó demasiado mal (?) que Strand acabará con su zombificada hija y apuñalará al protagonista. La herida es lo suficientemente grave para que el estudiante de la escuela de medicina (Oscar) necesite un medicamento (eritropoyetina) que tiene Marco… Y Elena conoce tal lugar… Recordemos, el mundo es un pañuelo —y más si el 95% de la población se ha convertido en infectados y caminantes—. En su viaje a El Pelicano, ese supermercado dirigido por los narcos y banda liderada por Marco, el villano interroga a esos cautivos en su oficina con los que rápidamente Madison vincula a su hijo cuando allí se habla de drogas… Si se habla de drogas en el lenguaje de Cervantes, entonces, ahí está metido mi hijo… ¿De verdad?


En realidad, la desesperación de Madison y su conflicto un tan absurdo y suicida provoca un rapapolvo de Elena mientras que un convaleciente y herido Strand sigue con esa telenovela que proponen los Clark con sus neuras y dramas familiares… por necesidades del guion. Pensemos que en Alicia tuvo que ser una superviviente desde que su madre decidió volcarse con Nick y sus desintoxicaciones por encima de ella. ¿Y no era esta misma tipa con dos dedos de frente y aquella que perdía el culo por su novio infectado? Dentro de esas contradicciones la última decisión de su madre provoca que ésta encienda la señal del hotel para indicar a su hijo Nick la ubicación del mismo. Y yo digo, ¿se va a preguntar si su madre está allí si ve el letrero luminoso? Madison ha cometido otro estúpido error (el segundo en el episodio) que ha puesto en peligro a su comunidad y que sirve de reclamo al mundo (de los monstruos). ¿Y no era esta señora la que decía que toda aquella persona que cometiera un acto de violencia como Ilene debía ser exiliada? ¿No debería exiliarse ella misma del hotel por semejante acto estúpido? Como el mundo (postapocalíptico) es un pañuelo, Travis se encuentra en unas colinas cercanas para ver las luces de neón del Rosarito Beach Hotel y dirigirse al lugar… Parece que va solo y ha dejado atrás a su hijo psicópata y sus amigos locos… DRAMA en 3, 2, 1… cuando se entere de que Madison pasó de su ausencia y solamente está preocupada por su hijo tróspido y drogadicto. Lo dicho, DRAMA en 3, 2, 1…

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1 comentario:

  1. Lo de Madison y el aviso es la estupidez o la incongruencia más grande de la serie, que escogen?

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