miércoles, 13 de septiembre de 2017

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American Horror Story. Cult (7x02) Don't Be Afraid of the Dark: La paranoia ya es aquí…


Ya era hora que el universo de Ryan Murphy y Brad Falchuk se basara exclusivamente en el terror que puede generar el ser humano sin nada paranormal para adornarlo. En “American Horror Story: Cult” la sociedad y sus miedos, posicionados en sus delirios mentales, nos llevan a una hábil alegoría del estado de un mundo enfermo capaz de generar fobias y terrores en sus ciudadanos. Ally Mayfair-Richards (Sarah Paulson) ha personificado el trauma y da la impresión de que los escritores para esta temporada han diseñado una alegoría de los interiores de la acomodada burguesía liberal estadounidense tras la llegada de Trump a la Casa Blanca. El poder manda, pero también el miedo. Y la pesadilla ha llegado. Quizás la repetición de esquemas y sustos trata de posicionarnos ante una espiral condenada a redundarse en ese cosmos de los barrios suburbanos de USA. Murphy y Falchuk desean también imponer lo básico como parte de los encantos de esta entrega y regresar a la historia de una mujer en apuros: sus propias locuras y pesadillas interiores expuestas para afrontar un mundo enfermo, hostil y cambiante. La oscuridad ya está aquí y Ally va a tener que afrontar sus miedos para articular una sátira sobre la burguesía liberal y su hipocresía en un juego mortal. Repasemos las líneas de interés de “Don't Be Afraid of the Dark”, segundo episodio de “American Horror Story: Cult”

¿Twisty the Clown va a estar presente en cada episodio? Los guionistas tuvieron una ‘excusa’ gracias a un cómic y en “Don't Be Afraid of the Dark” han gastado el comodín del sueño/pesadilla del pequeño Oz (Ozymandias para los amigos). Veremos qué hacen a continuación para que sigamos teniendo nuestra ración de Twisty the Clown. 

 “Don't Be Afraid of the Dark” retoma el susto final con el que se cerraba el episodio anterior para regresar a la dinámica en la que Ally cada vez quede más sola en sus propias visiones y considere que esté loca. ¿Qué sentido tiene todo esto? Tal vez alguien desee trastornarla. Pero, ¿por qué? ¿Desean Ryan Murphy y Brad Falchuk ceñirse a un esquema similar al de “Las diabólicas” H.G. Clouzot o, por el contrario, todo forma parte de un experimento social diseñado por Kai Anderson y su hermana? Posiblemente la idea es que tampoco nosotros sepamos, al igual que Ally, qué es real y qué es imaginario y quedemos atrapados, al mismo tiempo que la protagonista, en esa confusión junto a esos aterradores payasos que acosan y hostigan a la heroína. Kai también se une a la fiesta de ser otra presencia amenazante tras las protectoras rejas de su morada…

 Tenemos nuevos vecinos y personajes aunque tampoco “American Horror Story: Cult” desean saturarnos. Harrison y Meadow Wilton son tan excéntricos como sospechosos tras ocupar la casa de los Changs de un modo repentino. Todo es demasiado casual y circunstancial… con esos toques de Murphy con la devoción de la pareja por Nicole Kidman o ser el marido un apicultor gay. Y, luego claro, ese guiño psicópata para adentrarnos en la esencia de la temporada: los enjambres y esa devoción y dedicación de las abejas respecto a sus tareas, cajas fuertes repletas de armas… Aquí todavía hay manchas de sangre que limpiar y ciertas huellas de un delito cometido. ¿O acaso no vuelve el asesino al lugar del crimen? Todo también pudiera ser parte de una gran conspiración y manipulación, como aquella que está llevando a cabo Winter en el hogar de las Mayfair-Richards. ¿Un cruce entre “Visitor Q” de Takashi Miike y “Teorema” de Pasolini con guiños al género de sociópatas estadounidenses? Sea como fuera, esta joven ya se ha hecho con el meñique de Oz y con la bañera de la familia (y sus femeninas ocupantes). ¿Tendrá algo que ver ese rechazo de Oz respecto a su otra mamá? ¿Ve a Ally como alguien débil en esa purga que se está produciendo?

 Como el cosmos de AHS no sería lo mismo sin muertos en el menú, vamos a tener un asesinato de un xenófobo cocinero posiblemente a manos de un empleado de origen latino del restaurante que regenta Ivy. Digo ‘posiblemente’ porque se convierte en el principal sospechoso tras una disputa de ambos y porque, en realidad, Murphy y Falchuk desean trasladar las dudas raciales al otro lado de la pantalla. Es un ciudadano estadounidense de nacimiento pero, para el mundo, es y será un inmigrante por el color de su piel. De momento, la maniobra de Kai por convertirse en víctima de sus maquinaciones contra los inmigrantes ha dado sus frutos. Tampoco el asesinato de Tom Chang da la impresión de ser casualidad para dejar un hueco en el consejo de la ciudad. Volvemos a uno de los puntos anteriores. Si todo es un gran complot, ¿por qué ese interés en volver loca a Ally? 


Un apagón va a ser el recurso de los escritores para que la paranoia de Ally alcance su clímax. Tras el trauma y experiencia de ver morir a ese cocinero delante suyo (e incluso sentirse culpable por su asesinato), nuestra protagonista convertirá su hogar en un fortín idílico hasta que la civilización y la electricidad desaparecen. ¿La purga ha comenzado? ¿Ya no hay lugar para terapias ni psicología sino para sobrevivir a cualquier precio? ¿Va de eso esta temporada de AHS? Sea como fuera, aquí surge una previsible línea de guion ya que Ivy mandará a ese trabajador latino a su casa para ayudar a su esposa a lidiar con la (nueva) crisis en la que se halla inmersa. Y, de nuevo, Ally será acosada por la banda de los payasos asesinos y quedará a solas en su paranoia y locura tras ser abandonada por Winter y, asimismo, ser inoculada con germen de la conspiraparonia y el caos por parte de Harrison. Estaba claro que esa pistola iba a ser disparada y su pánico llevará a Ally a apretar el gatillo en la entrada de su casa para defenderse a sí misma y a su hijo. El problema es que, de un modo previsible, Pedro es la víctima de las circunstancias sin que sepamos las consecuencias de todo ese asunto hasta el próximo episodio. Los burgueses progres, desde luego, van a tener que sobrevivir convirtiéndose en los monstruos que tanto critican… ¿Son parte del problema y de la alucinación?


Continuará...

[Por falta de tiempo y para evitar la desaparición fulminante de ciertos análisis episódicos, el presente post pertenece a un nuevo formato de review de Historias (Bastardas) Extraordinarias en el que se expondrán reflexiones y líneas argumentales. La idea es también invitar al lector a comentar y compartir sus propias sensaciones del capítulo tratado.]

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4 comentarios:

  1. He leído que mucha gente sospecha de Ivy de alguna manera, enviando al trabajador a donde se encuentra su esposa paranoica, provocando el horrible suceso del final. No creo que sea así, pero qué piensas? Por qué todo gira alrededor de Ally de repente?

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    Respuestas
    1. Hola Eduardo!

      Que Ivy quisiera volver loca a su esposa formaría parte del viejo manual del thriller al uso. Los vecinos parecen que operan junto a los hermanos Anderson. Y Winter está en casa de las Mayfair-Richards por un motivo... Todo encajaría mejor si Ivy deseara sacar algo en todo ese proceso... aunque, qué?

      Ally está siendo el vehículo de la narración. Es normal. Una mujer en apuros al borde de la locura enfrentándose a sus demonios. Veremos si su viaje es uno de transformación en un monstruo. De momento, ya ha cometido su primer crimen... racista... sin necesidad de placa policial.

      Saludos bastardos y gracias por el comentario. ;)

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  2. Al margen de todos los elementos sospechosos que rodean a los vecinos, hay uno que es especialmente revelador: tal y como muestran en la televisión, son ellos quienes graban con el movil y difunden la paliza que le pegan a Kai.
    Dado que la provocación no hubiera tenido efecto en caso de no ser grabada, es casi seguro que estaban compinchados con él desde el primer momento.

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    Respuestas
    1. Sí, está bastante claro aunque, precisamente por tal motivo, puede que nos sorprendan con algún giro. ¿Qué sacan ellos de todo este asunto?

      Gracias por el comentario y saludos bastardos.

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